Los orígenes de la Reserva Aérea se remontan a los años 1911 y 1912, cuando la aviación militar chilena comenzaba a dar uno de sus primeros pasos, como lo fue en ese entonces el envío a Francia para realizar el aprendizaje del vuelo de dos Oficiales, los Tenientes Manuel Ávalos Prado y Eduardo Molina Lavín. Ya existía en esa misma época un ciudadano chileno que llevaba dentro de sí la esencia y el espíritu del aviador reservista, su nombre era David Fuentes Soza, el precursor de la Reserva Aérea en Chile.
La experiencia de aviador Fuentes Soza lo lleva a solicitar a las autoridades aeronáuticas de la época rendir las pruebas que lo acreditaban como piloto militar, cumpliendo con éxito los exámenes teórico y de vuelo, para recibir el brevet N°13 en diciembre de 1915, quedando plenamente incorporado a la vida militar como Teniente 2° de Reserva, lo cual consagró a Fuentes como el primer aviador civil que logró el honroso nombramiento de Piloto Militar de Reserva, constituyéndose por ende en el primer Oficial de la Reserva Aérea de Chile.
Asimismo y con motivo de la exitosa campaña “Alas para Chile” desarrollada por el Presidente Pedro Aguirre Cerda en 1941, con el fin de recaudar fondos a lo largo del país con el propósito de ayudar a la aviación civil, llevó a la autoridad en 1943 a crear cursos de Reserva Aérea en diferentes Unidades.
Desde los inicios de la aviación en Chile, la Reserva Aérea ha participado activamente en momentos complicados y de incertidumbre, sean estas catástrofes naturales o emergencias de otra índole, instancias en que los reservistas han estado prestos para acudir al llamado de la Fuerza Aérea y de la Patria.
Para integrar la Reserva Aérea la Institución selecciona - de acuerdo a lo establecido en el Decreto Ley N° 2.306 sobre Reclutamiento y Movilización de las Fuerzas Armadas - a postulantes voluntarios, que tengan una profesión u oficio acorde a las necesidades institucionales, para que integren los cursos de Oficiales o de Personal del Cuadro Permanente de Reserva, los que se ejecutan en la Escuela de Aviación o Unidades Base de Movilización, en las distintas Brigadas Aéreas.
Desde la creación de la Reserva Aérea, la Fuerza Aérea ha establecido una gama de cursos, campañas y jornadas de instrucción para reservistas, tanto Oficiales como Personal del Cuadro Permanente, cuyo cumplimiento es requisito para ascensos, con el fin de incentivar el desarrollo personal y la participación de todos ellos.
Además de la capacitación y entrenamiento constante, los reservistas participan activamente en otra área a la que la Fuerza Aérea de Chile le asigna una importancia vital: la acción solidaria. Esto se vio reflejado en la notable labor de apoyo y reconstrucción que se efectuó en la comuna de Lolol (VI Región) tras el terremoto del año 2010, donde personal de la Reserva Aérea con distintas profesiones y especialidades, pero más que nada con una entrega y vocación de servicio público ejemplar, se ofreció voluntariamente y estuvo a disposición de la Institución para prestar sus servicios a los pocos días de ocurrida la lamentable tragedia.
Hoy los hombres y mujeres que integran la Reserva Aérea se encuentran presente a lo largo de todo el territorio nacional, demostrando con orgullo a la ciudadanía los valores del actuar del Aviador Militar, como lo son la lealtad, el honor, el cumplimiento del deber y la excelencia en el servicio, acrecentando así los lazos de cercanía con la comunidad, fomentando al mismo tiempo, la conciencia aérea nacional.