Por: Carolina Contreras, Departamento Comunicacional
El 1 de abril de 1941, cuando el país era gobernado por el Presidente Pedro Aguirre Cerda y al mando de la Fuerza Aérea estaba el General del Aire Armando Castro López, se publicó la primera edición de la revista institucional “Fuerza Aérea de Chile”. En la editorial de ese año se anunció el nacimiento a la vida de esta publicación como “animada de un amplio espíritu de divulgación aérea y científica y, además, como una contribución a la confraternidad y entendimiento, espiritual y moral que debe existir entre las distintas naciones del Continente”.
Fruto de una profunda y arraigada convicción moral e intelectual, quienes dirigían la Institución vieron la necesidad de crear este medio de difusión para que, a través de sus páginas, “pletóricas de entusiasmo y plenas de realismo constructivo”, se alcanzara el ideal institucional de publicar y aumentar el acervo cultural y profesional de todos los componentes de la Fuerza Aérea. Como contraparte, se pediría a sus integrantes, como retribución, una franca y espontánea colaboración.
“Nuestra revista, con altura de miras despegada de todo pasionismo –que es condición indiscutible del ser humano militante de una determinada Institución- analizará los problemas aéreos, militares y navales, con la quietud y madurez espiritual que requiere su carácter de conductora de la opinión y pensamientos de la Fuerza Aérea”, expresaba, ese año, en su primera editorial.
La Revista Fuerza Aérea fue la sucesora de la Revista del Estado Mayor que, debido a problemas para su publicación se decidió cancelarla y en su reemplazo, el General Castro López autorizó la creación de la actual publicación, quedando bajo la dependencia del Estado Mayor General y su primer director fue el Comodoro Darío Mujica.
En más de ocho décadas, en sus páginas ha quedado plasmada la evolución histórica de la Fuerza Aérea, pero además hitos relevantes a nivel institucional, nacional e internacional, tales como los trascendentales Puentes Aéreos a raíz de catástrofes naturales; la apertura de la ruta a Rapa Nui; el rescate de Los Andes; las primeras operaciones aéreas a la Antártica; la realización de la primera Feria Internacional del Aire; el ingreso de las mujeres a las filas de la Institución; la incursión satelital al espacio; la incorporación de cada nuevo material aéreo; y la participación institucional en diferentes ejercicios militares internacionales o la llegada del hombre a la luna, son parte de relevantes testimonio que contienen las 289 ediciones publicadas a la fecha.
Durante todo su derrotero no ha estado exento de dificultades, las que vistas con la perspectiva del tiempo son parte del anecdotario. Se cuenta que en los últimos meses de 1947 se publicó un “número extraordinario” de la revista, pero debido a lo impactante de sus artículos firmados por dos Generales en servicio activo, produjo el malestar del gobierno de la época, obligando a solicitar el retiro de esos dos Generales, y el Comandante en Jefe de la época, General Oscar Herreros Walker, solicitar dejar su cargo. A este número de la revista se le llamó el "número maldito" pues se había ordenado la destrucción de todos los ejemplares existentes, sin embargo, aún existen un par de esta edición.
En términos técnicos, el desarrollo tecnológico propició también la evolución de esta publicación En sus primeras ediciones, la producción texto y fotografía, el trabajo de dibujantes, ilustradores, documentalistas y montaje era un arduo trabajo manual.
Luego vino la impresión offset, y más tarde todo el desarrollo digital y automatización de procesos, que cerraron algunas aéreas de trabajo y abrieron otras, como fue la incorporación de profesionales capacitados en las nuevas herramientas computacionales, logrando mayor eficiencia en el proceso productivo, en propuestas gráficas y de diseño.
Hoy, una edición de la Revista Fuerza Aérea puede ser revisada en cualquier parte del mundo, gracias a Internet.
Al cumplir 82 años de vida pública, la Revista Fuerza Aérea es el mayor registro Institucional, que la convierten en patrimonio histórico aeronáutico del país. Siendo, además, una herramienta y fuente de consulta activa.
Mirando al futuro, el desafío está en seguir evolucionando y explorando las alternativas que le permitan mantenerse vigente, para seguir escribiendo en sus páginas la historia de la Fuerza Aérea de Chile.