Por: Michela Cavallone, Departamento Comunicacional
El 24 de enero de 1939, cerca de la medianoche, se produjo un sismo con una intensidad de 8,3° en la escala Richter, que afectó gran parte de la zona centro sur del país, con epicentro en la actual región del Ñuble, que causó grandes y severos daños a la ciudad de Chillán y sus alrededores.
La magnitud del terremoto destruyó caminos, puentes y las redes de energía de las Provincias de Talca, Linares, Maule, Ñuble, Concepción y Biobío, por lo que era de suma urgencia la creación de “Puentes Aéreos”, para poder trasladar grandes cargas a las zonas afectadas. Fue así, como el 25 de enero, la Fuerza Aérea de Chile envió la aeronave Junkers JU 86 del Grupo de Aviación N°4, en ese entonces asentada en la Base Aérea “El Bosque”, pilotada por el Capitán de Bandada Enrique Byers, quien realizó un vuelo de evaluación de la zona, donde vio los daños en Chillán, además de sobrevolar las ciudades de Talca, Parral, Angol, Cauquenes, San Carlos y Linares.
De manera simultánea, la Línea Aérea Nacional (LAN), realizó el viaje de un Curtiss “Cóndor”, donde trasladó a autoridades de Gobierno, médicos y periodistas, aterrizando en las ciudades de Chillán y Concepción, y regresando de inmediato hacia Santiago, para luego informar sobre lo que se había constatado en las zonas damnificadas.
Fue así como, tanto la información de la FACh como la de LAN, hicieron que el Presidente de la República de la época, Pedro Aguirre Cerda y el Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea, General del Aire Armando Castro López, decidieran realizar por primera vez en nuestro país un “Puente Aéreo”, que constaba con 39 aeronaves de la Fuerza Aérea, con el apoyo de la aviación comercial chilena y extranjera, y también con la ayuda de Alemania, Argentina y de los Estados Unidos.
Este Puente Aéreo funcionó desde el Aeropuerto de Los Cerrillos en Santiago, volando desde allí con cargamentos diarios hacia las ciudades de Chillán, Concepción y Temuco, localidades establecidas como Centros de Operación. Se realizaron 322 vuelos, transportando a miles de civiles, entre ellos, 110 médicos y 50 enfermeras.
Los medios aéreos de la Fuerza Aérea de Chile fueron un apoyo y auxilio fundamental en medio de la tragedia que vivió el centro sur de nuestro país, donde se realizaron evacuaciones aeromédicas para los heridos graves, quienes llegaron a los hospitales de la capital, como también en el traslado de ayuda humanitaria a los damnificados.