Por Pía Aubert, Iª Brigada Aérea.
Una emotiva ceremonia se desarrolló el martes 27 de diciembre, último día en que sobrevoló los cielos del norte del país el material aéreo A-36 “Toqui”, luego de 40 años apoyando la instrucción de generaciones de pilotos de combate de la Fuerza Aérea de Chile. La actividad, efectuada en la losa de operaciones de la Base Aérea Los Cóndores, estuvo presidida por el Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea, General del Aire Hugo Rodríguez González.
Con un vuelo de despedida, una bandada de A- 36 “Toqui” entregó su última presentación ante autoridades institucionales, Oficiales pilotos, especialistas de la Bandada de Apoyo Operativo del Grupo de Aviación N°1 y otros invitados especiales, además de ex pilotos y ex integrantes del Grupo de Mantenimiento de la Unidad, quienes dieron larga vida a esta imponente aeronave, que a fin de año será dada de baja de la Institución.
Luego del último aterrizaje y corte de motor en la losa de operaciones Los Cóndores, el Comandante del Grupo de Aviación N°1, Coronel de Aviación (A) Rodrigo Cifuentes dio cuenta al General Rodríguez sobre el último vuelo y misión del A-36. De igual modo, entregó unas palabras donde destacó la importancia que tuvo el material aéreo en la formación de los pilotos de combate de la Institución.
“Hoy, después de 40 años de servicio en la Institución, formando a más de 230 pilotos de combate para nuestra querida Fuerza Aérea, quedará en la historia y comienza una nueva leyenda con este avión, que para muchos fue quien nos vio dar nuestros primeros pasos por el área de combate, fue parte de nuestra formación y de nuestras vidas, dejando una huella imborrable en muchos de los aquí presentes. Este avión, ha volado sobre las olas del ancho mar desde Arica a Punta Arenas y sobre la Pampa del Tamarugal”, destacó.
De igual forma, en la ceremonia se realizó el reconocimiento a pilotos y personal que participaron de algún hito dentro de la trayectoria del material A-36.
Durante el acto fue reconocido el Cabo 1° Roberto Pérez, quien se desempeñó como último Jefe de Taller. Para este Aviador Militar el término del funcionamiento del A-36 tiene un profundo significado. “Haber sido parte de la historia de este magnífico avión me llena de orgullo. Fueron 14 años y casi la mitad de mi carrera como especialista junto a esta aeronave. Me formó como especialista, todo el conocimiento y extensas horas de trabajo han marcado mi carrera donde trabajé codo a codo, desde el alba hasta el anochecer; instruyendo a quienes hasta el último día he ayudado a formar. Hoy, siendo el último vuelo que ayudamos a preparar, éste nos llenó de emociones, tristeza por saber que nunca más emprenderá otro vuelo y no se escuchará más ese singular rugir del motor”, manifestó emocionado.
En tanto, el último Jefe de Línea del material aéreo, Cabo 1° Remberto Vidal destacó el potencial que implicó trabajar con el avión A- 36 durante su carrera profesional. “Fueron 10 años de mi vida trabajando en la mejor escuela que para un mecánico de aeronaves puede existir, una aeronave con muchos sistemas que permiten sacar el mejor potencial de un especialista. Ser el último Jefe de Línea de A-36 es un honor para mí como profesional y militar, así como el poder haber tenido la oportunidad de dirigir a un selecto grupo de especialistas, como lo son los actuales y últimos mecánicos de línea de A-36, así que hoy con mucha nostalgia despido no solo a un material aéreo, si no que a un camarada más de nuestra Fuerza Aérea”, dijo.
Así mismo, para el Comandante de Escuadrilla (A) en retiro, Ludwig Hinrichsen, quien estuvo 14 años en la Unidad, “el haber volado el material A-36 en la Base Aérea Los Cóndores marcó el inicio de mi carrera profesional como piloto de combate de la Institución. Al llegar al Grupo de Aviación N° 1 como piloto alumno, recibí instrucción táctica en las áreas de combate aire-aire y aire-superficie, permitiéndome volar diferentes aviones de combate. Posteriormente, y con más experiencia, volví al Grupo, ahora para formar entonces parte del selecto grupo de Oficiales pilotos encargados de la formación de las nuevas generaciones de pilotos de combate”.
La historia del avión A-36 “Toqui” se remonta cuando la Fuerza Aérea de Chile inició contactos para adquirir el material C-101 en 1980, lo cual se concretó en 1981. Desde el comienzo, se consideró la transferencia de conocimiento y tecnología para coproducir el avión en Chile, en las dependencias de ENAER. El primer modelo de coproducción nacional, se presentó el 15 de octubre de 1981, con el nombre de A-36 “Halcón”. Posteriores modificaciones y mejoras al diseño, originaron la variante que hoy conocemos como A-36 “Toqui”, aeronave especializada en ataque aire-superficie y con un poderoso motor.