02/05/2018

SALUDO CON MOTIVO DEL 108º ANIVERSARIO DEL SERVICIO RELIGIOSO

Al celebrarse el 03 de mayo el centésimo octavo aniversario del Servicio Religioso quisiera hacer llegar un afectuoso saludo a los capellanes, catequistas, agentes evangelizadores, a los que trabajan en las capillas y todos los hombres de buena voluntad que colaboran para que el mensaje de Jesucristo sea conocido.


Esta oportunidad me permite recordar que la misión del Servicio Religioso, es decir, aquello que motivó al Gobierno de Chile a solicitar a la Sede Apostólica su creación, el año 1910, fue la de contar con una Vicaría Castrense formada por capellanes que brindaran asistencia espiritual a los soldados y marinos, a los que tiempo después se sumaron los aviadores y carabineros. Posteriormente, el año 1986 la Vicaría se transformó en Obispado Castrense de Chile con la misión de entregar “atención religiosa al personal militar (y a sus familias)…, la formación moral de los grandes valores del personal… y la asesoría al mando en materias religiosas y morales”. Una misión que nos da identidad y nos ayuda a orientar el trabajo de cada día, pero al mismo tiempo, una misión que, en el contexto social, institucional, eclesial y familiar en que vivimos, se hace cada vez más difícil de realizar. Esto hace que, a otro nivel, enfrentemos crisis que desilusionan y alejan de la práctica de la fe. Sin embargo, nuestra confianza está puesta en Jesucristo resucitado, en un Dios que ha vencido el pecado y la muerte, en un Señor que es misericordia y esperanza. Por tanto, los invito a mirar el presente con buen espíritu, a compartir la vida cristiana con los hermanos y a tener la certeza más absoluta que para “Dios nada es imposible” (Lc1,37).

Aprovecho esta instancia para agradecer el servicio pastoral y dedicación de los capellanes, como también, la de todos aquellos que colaboran con ellos y a los que permiten el ejercicio de la vida espiritual, a los que con su testimonio de vida cristiana se transforman en luz ejemplo para sus camaradas. Así, todos contribuimos a la edificación del Reino de Dios y colaboramos a que seamos buenos discípulos misioneros, a que vivamos en plenitud nuestra vocación de santidad y se hagan fecundas las virtudes teologales, cardinales y militares.

Con mis sinceros deseos de paz y bien, les saluda.
Santiago Silva Retamales General de Brigada
Obispo Castrense de Chile

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