Es un valor arduo y preciado que se practica durante toda la carrera militar. Es una virtud crucial para el aviador, especialmente en momentos difíciles y adversos, debiendo dar siempre cumplimiento a la misión y el interés institucional.
Es un compromiso de honor, que se adquiere al ingresar a la Institución e implica un alto grado de adhesión a la vida militar y a sus principios, a su trabajo, y a la forma en que se debe dar la relación de mando y de obediencia.